Te enseñaremos a dibujar lo que ves, con pautas claras y precisas, ponte cómodo y lee detenidamente cada explicación, cada regla y cada observación.
Continúa leyendo el paso a paso para poder dominar esta técnica maravillosa.
¿Cómo se aprende a dibujar lo que ves?
El dibujo de observación, es aquella experiencia en la que dibujamos frente a un modelo, un paisaje, o determinados objetos, y nos disponemos a trabajar para traducir con el lápiz ese pedazo de la realidad a nuestra hoja.
Es un tipo de dibujo diferente al de la imaginación, en el que las líneas brotan libres y estamos entregados a la invención. Aquí tenemos un compromiso con lo que vemos y eso implica un esfuerzo diferente.
A este tipo de dibujo, en las enseñanzas artísticas se lo llama “del natural”, y hace referencia a que nuestra materia en el dibujo está en la naturaleza y en la realidad, no es una imagen o fotografía, y tampoco un producto de nuestra invención. Se encuentra allí físicamente palpable.
Al hacerlo, tenemos que tener en cuenta una serie de pautas necesarias, que van a ayudarnos a la hora de ir entrenando en este modo de dibujar.
La importancia de hacer foco y como conseguirlo
Debemos precisar que es lo que vamos a dibujar, cuando se trata de una sola figura será simple, no hay mucho más, pero cuando estamos frente a un paisaje o un escenario complejo tenemos bastante información visual.
Más de una figura y varios objetos compiten por nuestra atención, ante esta situación necesitamos hacer foco para distinguir qué es lo importante para nosotros, y así poder establecer aproximadamente los límites de lo que va a contener nuestro dibujo.
Al mismo tiempo, en el momento de hacer foco, estaremos eligiendo dónde ubicar estas figuras en la hoja. Para todo esto, hay un simple y pequeño truco, que puede acompañarnos a donde quiera que estemos entre nuestros materiales y herramientas.
Un “marco” de cualquier material como cartón, papel o madera. Este marco o ventana nos servirá para ensayar posibles encuadres, y así observar con más atención lo que vamos a tomar para nuestro dibujo. Es cuestión de extender nuestro brazo y ponerlo frente a nuestra visión, para elegir un recorte preciso de lo que estamos viendo.
Este elemento es fácil de fabricar en casa y lo harás con muy poco. Solo tenemos que tener en cuenta que sus dimensiones guarden relación con la proporción de nuestra hoja, y, además, que tenga un marco lo suficientemente grueso, para aislar visualmente los elementos fuera de los márgenes.
Ponte cómodo y con la postura Adecuada
Al momento de trabajar hay que tener una postura cómoda y adecuada para este tipo de dibujo. El pecho y la vista, de frente a nuestro modelo, y con una distancia determinada que nos permita abarcar con agilidad toda la figura o el área que estemos dibujando.
¿Cuál sería esa distancia?
En el caso de dibujar un objeto, una persona o un animal, debemos observar su altura, su tamaño y estimar su dimensión. En base a eso, colocarnos a una distancia más o menos equivalente a sus medidas, esto nos permitirá observarlo por completo y tener una buena visión general de todo su volumen.
En definitivas hará que nuestro foco pueda concentrarse en la totalidad de este objetivo y no se pierda en detalles.
Hay que tener en cuenta que, muchas veces, la posibilidad de tomar distancia no es una variable que podamos manejar, en ciertos casos no tenemos oportunidad de elegir la distancia con la que estaremos parados frente a nuestro modelo.
Quizás estamos en la tarea de dibujar un espacio o un paisaje en el que observamos muchas figuras como referencias importantes, es cierto que aquí no estaremos tan atentos a guardar distancias mesuradas.
Es muy importante decir que, siempre que esto sea posible, elegir la distancia, el ángulo, y el enfoque adecuado, es una tarea que merece tiempo y atención antes de arrancar.
Pasa de lo General a lo particular
Esto es casi una regla ineludible, hay que distinguir y trazar las formas y direcciones más grandes de nuestro objetivo, una vez establecido lo general se da camino a los detalles.
Este procedimiento es la forma más ordenada de ir avanzando en nuestro dibujo, siempre de lo general hacia lo particular.
Los grandes volúmenes, las formas más contundentes, las direcciones que ordenan la composición, y el esqueleto de nuestros dibujos, son parte de la primera tarea. Dejaremos para lo último las pequeñas formas y texturas, que suelen ser los detalles que se guardan para el final.
Muchas veces se nos da por empezar con los detalles, esto tiene sentido, ya que, es la manera más común de disfrutar del dibujo.
Cuando no estamos trabajando con modelos, las líneas cortas y el juego de texturas, suele ser algo cómodo y placentero al momento de dibujar, ya que son trazos de mucha belleza.
Para poder dibujar lo que vemos y abarcar nuestro objetivo, avanzando con relación a lo que tenemos por delante, es cuestión de implementar este proceso.
Tener la vista, más en el modelo que en la hoja, es vital para aprender a dibujar lo que ves.
En la práctica del dibujo de observación, debemos aspirar a dibujar con la vista principalmente atendiendo nuestro objetivo, 75% en nuestro modelo, y un 25% en el dibujo que vamos trazando en la hoja.
La vista se concentra en descifrar y sintetizar las direcciones, y con las formas que tenemos enfrente, la mano hace el trabajo mecánico.
En este tipo de dibujo, es como cuando aprendemos a conducir, o cuando simplemente utilizamos el teclado frente a la computadora.
Hay que tener la mayor parte de nuestra atención en lo que tenemos enfrente, y solo por momentos cortos, alternar nuestra mirada en los controles. De esta manera, dejamos que la mano actúe por momentos a ciegas, confiando en sus movimientos, y así, nos concentramos en seguir las formas de lo que estamos viendo.
Conclusión:
Aprender a dibujar lo que ves parece fácil. Solo tienes que seguir al pie de la letra las pautas mencionadas durante el artículo. De esta manera, podremos hacer foco, tomar la distancia adecuada, adoptar la postura correcta, y ponernos cómodos para comenzar con nuestro dibujo tan ansiado.
