En este artículo, tenemos el privilegio de hacer una entrevista exclusiva, con un artista por demás talentoso e inspirador, Manuel Loza, alias Capitán Manu, no te pierdas, Artistas que inspiran Capitán Manu Parte 1.
Nos dará detalles, sobre sus orígenes en el mundo del cómic, aparte de contarnos experiencias como estudiante, de grandes y consagrados maestros del Comic ¡Continúa leyendo! No te la pierdas.
Un artista increíble
¡Bienvenidos, queridos lectores, a nuestras entrevistas exclusivas! Hoy tenemos el agrado, de hablar con uno de los mejores artistas de cómics de aventura del momento: Manuel Loza, alias Capitán Manu (@manucapt).
Quien alcanzó la popularidad, con su querible personaje Almer, además de realizar grandes producciones como Estrella Roja, y Nathaniel Fox, en esta primera parte de la entrevista, nos brindará detalles sobre sus orígenes en el mundo del cómic, nos contará su experiencia como estudiante del maestro Oswald, y cuáles las fueron, las obras que lo hicieron enamorar de los relatos de aventuras ¡Presta atención a este formidable artista!
¿Cómo llegaste a ser un dibujante de historietas?
Yo tengo historietas dibujadas desde que tenía 10 años, creo que, desde muy chico, me pasaba que me interesaba más como contar un cuento, o contar una historia, que hacer un dibujo.
Tuve una infancia muy solitaria, jugaba mucho con muñequitos que se rompían y yo los juntaba, los pegaba, armaba historias e inventaba personajes, capaz un Batman con piernas de algún Transformer.
Los dibujaba, y sentía que solo con el dibujo no podía transmitir toda la historia que me había inventado, y ya desde muy chico, leía historietas todo el día, y las dibujaba para mostrarle a mis compañeritos y decirles ¿Ves? Tiene una historia, como que está vivo el personaje.
Después, ya en la adolescencia, empecé a estudiar con Oswald, ahí ya fue un amor fuertísimo con la historieta y entender, que no podía hacer otra cosa.
¿Cómo fue estudiar con un maestro como Oswald?
Era increíble, primero, fui con él, porque empecé a tener muchos problemas de disciplina en el colegio, yo era un adolescente de 15 años, que no sabía qué iba a ser de su vida, y que lo único que le gustaba, era dibujar.
Cuando sos chico, tenés todo un mundo, que te dice que no tienes futuro con eso, y a mí, era lo único que me gustaba, por lo tanto, empecé ir al psicólogo, porque estaba muy complicado, y el, les dijo a mis padres, este chico, habla de historietas todo el día, inscríbanlo en un curso de historietas, y así comencé con Oswald.
El me encantaba, porque hablaba de historietas, hablaba de dibujo, de cómo hacerlas, nos daba ejercicios, pero todo lo que tenía para explicar, lo explicaba contando una historia eso me parecía fabuloso, para todo había una anécdota, algo que contar, después de todo, nos estaba enseñando a contar historias.
Yo lo adoraba, y encima, en algún momento descubrí que Oswald, me dio el número de la casa y porque él era de Quilmes, yo era de Quilmes, recuerdo que yo lo llamaba, y él te decía, tomemos un café, y ahí me di cuenta, que vivía como a seis cuadras de la casa de Oswald.
Por lo tanto, comencé a ir y llamarlo, le tocaba el timbre y lo molestaba seguido. Me encantaba hablar con él. Después seguí haciendo historietas, y armé una editorial que se llamó Panxa, luego, nunca paré de hacerlas, lo que siempre me gustó más.
¿Cuándo te enamoraste de los relatos de aventura?
De chico, mi vida eran los superhéroes, y eso, ya es medio entrar en el relato de aventuras, además, mi papá, que no es un tipo súper lector de historietas, siempre me hablaba de aventureros.
El y mi abuelo materno, hablaban de Sandokán, y de Robin Hood, desde muy chico, esos nombres estuvieron dando vueltas y siempre, terminaba leyendo los libros de la colección Robin Hood.
Mi abuelo me regalaba muchos libros de aventuras, mucho Alejandro Dumas, mucho Stevenson, por ejemplo, a flecha negra de Stevenson, lo leí muchísimas veces.
Después, cuando terminas el secundario, y estás en esa edad media adolescente, en la que vas a la librería y te compras lo que querés, empecé fuerte, pero muy fuerte, con Emilio Salgari.
Tengo una mini biblioteca de Emilio Salgari, la trilogía del Corsario Negro me parece una cosa que es de otro planeta, en esa época de comprarme muchos libros, yo leía mucho a Tolkien.
Mi abuelo me había regalado, además, una adaptación modernizada de los mitos del Rey Arturo que hizo John Steinbeck, que se llama Los hechos del Rey Arturo, un libro, que me lo tuve que comprar otra vez porque lo destruí.
Entonces, conseguí una edición, que trae las cartas entre John y su editora, mientras se escribía el libro, una hermosura.
Luego, cuando mi abuelo me regaló eso, yo ya estaba muy enamorado del Rey Arturo, de chico, veía una y otra vez, la película Excalibur de John Boorman, y me pasó algo, que pasa mucho con personas de mi generación.
Tengo 39 años, soy de los que, en gran medida, lo criaron los abuelos, por tener dos padres profesionales, por eso, mi abuelo, cuando yo era chico y no había muchas películas en los videoclubs, alquilaba una y otra vez Excalibur.
La veo ahora, y tiene escenas de sexo y gore, pero yo, ya estaba enganchado con eso de las armaduras, de esa época.
Cuando empecé a leer y a comprarme libros de Salgari, me encontré en Quilmes, libros del Rey Arturo escritos en la edad media, como cuando en el secundario te hacen leer el Cantar del Mío Cid (Creo, que, si no pasaba esto, no me hubiera enganchado tanto con la aventura) Eran libros medievales traducidos, y no muy caros.
Por lo tanto, me volví un coleccionista, y un medievalista muy amateur, pero muy enamorado del tema.
¿Qué te parece que es clave para contar historietas de aventura?
Oesterheld, decía que el relato de género, es el mejor vehículo para el comentario social, pero yo creo, que en un buen relato de aventuras estás hablando de algo que pasa, y que es muy profundo.
Un buen relato de aventuras, tiene en algún momento, un comentario sobre el mundo o sobre la emocionalidad de las personas., siempre es una metáfora para algo más complejo, más fuerte.
Para mí, cuando aparece eso en un relato de aventuras, es lo que diferencia una película de Disney de relatos “heavy”, Alejandro Dumas decía, que las únicas aventuras que vale la pena contar, son las que cambian el corazón del héroe.
Me gusta eso, tiene que haber un poco de crecimiento en las aventuras.
Conclusión, primera parte
Todos estamos de acuerdo en algo, los artistas inspiradores e increíbles, tienen historias de vida asombrosas, luchar por un sueño, por más que muchos se opongan o digan lo contrario. En este caso especialmente, Manu tuvo gran apoyo de su padre y su abuelo, además de un gran maestro como Oswald.
Es realmente interesante como nos describe sus experiencias y lo que recuerdas de las mismas, la adolescencia y la infancia son momentos únicos que marcan la vida de un gran artista.
Hasta aquí llega esta primera parte de la entrevista. ¡Sigue leyendo la segunda parte para conocer las técnicas, herramientas y recomendaciones del Capitán Manu!
